Juncalillo, parte de la historia familiar

Hace un tiempo les conté el por qué de mi viaje a Miami y como algo sucedido años antes de que naciera me llevó hasta allí. Antes de volver a casa y tras escuchar muchas historias decidí que iría al lugar donde comenzó todo, Juncalillo, allí nacieron gran parte de mis antepasados maternos, como Dionisio o mis dos abuelos. Además prometí comprobar si aún conservaban en el pueblo un regalo que trajeron en su visita, una pequeña imagen de San Judas Tadeo.

Vistas de Teror desde el mirador

De camino a Juncalillo

Tras un largo paseo en coche por fin llegamos, por primera vez pisaba el lugar, otro más para la colección de lugares que desconocía. Fue bastante emotivo, entramos en la iglesia en busca de la imagen pero no tuvimos suerte,  entonces la emoción se convirtió en decepción. Nadie pudo ayudarnos así que seguimos el camino, y para ver un poco más terminamos en Barranco Hondo, allí había una pequeña gruta, en la que se encuentra la virgen de Fátima, y que mi madre había visitado hace muchos años, así que la visitamos.

Llegando al pueblo

Y fue entonces cuando, como sucedió años atrás, la casualidad nos llevó a lo que buscábamos. En la gruta había un señor, y como no perdíamos nada le preguntamos por la familia y la imagen. Tras un rato charlando descubrimos que era familia de mi abuela y nos guió hasta la persona que podía ayudarnos a dar con ella. Después de una casual y curiosa conversación regresamos al pueblo, encontrando en esta ocasión lo que queríamos, y así poder cumplir mi promesa y conocer un poco mas sobre esta rama de mi familia.

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Finalmente la encontramos

Una excursión que quería hacer desde hacía mucho y que terminó con muchas sorpresas, incluido el maravilloso paisaje que seguramente he visto muchas veces pero que nunca me había parado a observar. Por último me gustaría agradecer a aquellos que nos ayudaron a llevar a cabo nuestro propósito, a nuestro inesperado familiar Juan Cuba y al señor que nos llevó hasta la imagen y nos habló un poco más de como había terminado allí.

 

Un saludo, Ana.